miércoles, 16 de enero de 2013



Semana de frío, de perolones, de madrugar, de habichuelas, de casquería y de fuego lento; lento como la cuesta de enero que se va empinando a al espera del último tramo que acompañado del recibo de la VISA planchada hasta la saciedad de reyes y rebajas se va a poner peor que el Tourmalet.  ¿Que como lo llevo?  Con toda la dignidad que puedo.  C'est la vie mes amis!


Por lo demás aquí seguimos consolidando guisos y aprovechando el frío para colar legumbres de plato del día.  Mañana tocan garbanzos marineros con gambas y alguna otra cosa.


La clientela va repitiendo y aunque gasta poco va mostrando preferencia por determinados platos.  Los amigos siguen manteniendo esto en pie con visitas frecuentes que animan la caja y alimentan el espíritu.

El empleado del mes ya tiene club de fans y amenaza con pedir aumento de sueldo mientras yo sigo experimentando con modernos métodos de explotación para mantenerlo a raya.

A lo tonto nos hemos hecho con una buena selección de tacos: cochinita pibil, lengua en salsa, pollo en chile guajillo y  cerdo en mole colorado.


Aún así hay quien no se resiste a dejar de comer lo de toda la vida; Al que no se apaña con mi carta procuro darle gusto, así que por reyes me divertí haciendo un perolón de arroz con bogavante "peladito por favor, que es el cumpleaños del muchacho y vengo con toda la familia"


Mujer, no le quito más su tiempo, me voy a preparar unas judías verdes para la guarnición de hoy.  ¿Que tiene muchas ganas de venir y no ha podido?  ¿los niños, las vacaciones, las rebajas, la vuelta al cole y los entresijos de esta vida dura y cachetona?  no tenga apuros, aquí la esperamos, ya sabe donde:  En La Petenera.

Suena Camarón de la Isla, ¡que grande!

¿Que si extrañamos al ninot? ¿Ay señora que quiere que le cuente? la vida no es la misma sin los buenos amigos.

jueves, 27 de diciembre de 2012


Esta mañana me puse a hacer raviolis de conejo... acabo de terminar (10:00-23:30).  Un auténtico coñazo.  Estofar el conejo, deshuesarlo, deshebrarlo, hacer la farsa y el relleno.  Preparar la salsa, ligarla y espesarla.  Montar los Raviolis, envasarlos, envasar la salsa.  Todo eso mientras preparas toda la comida del día y haces dos kilos de masa para buñuelos para una cena que finalmente se ha cancelado.  No se lo deseo a nadie.  


Entre medias ha venido por aquí un francés y ha pedido una ración;  cuando terminó  dijo que estaban muy buenos y pidió otra.  Solo por eso vale la pena.


Con el relleno que sobró me preparé dos canelones y me los zampé con una birra bien fría.  Sobró un poco de salsa.  ¿Le apetece un arroz o algo de pasta? Mañana voy por un gazapito.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Es diciembre y no queda otra que subirse al carro de las cenas y comidas navideñas para grupos.  A pesar de que las cenas son muy buenas para el restaurante, estoy comenzando a ganar enemigos entre quienes me rodean haciendo uso de esa extraña cualidad que hace que todo el que se me acerca termine perdiendo los nervios y deseando matarme.

Aún así vamos (el empleado del mes, las chicas, mis fantasmas y yo) sacando el trabajo adelante.  Poco a poco la carta se va consolidando y entre medias se van colando distintas cosas que van y vienen; mención honorífica para los tacos que arrasaron  el pasado fin de semana y para el arroz con morros de cerdo, setas y garbanzos que engordó de gozo a más de una clienta.

El empleado del mes ha localizado a un proveedor secreto de maíz del bueno y hemos desterrado al amarillo tan dulzón para hacer el caldo tlalpeño con este que tiene más personalidad.



Los platos del día también van generando diversas reacciones.  La pasta de los viernes se ha ido para siempre y el magro de cerdo genera más de una duda, aunque siempre acaba vendiéndose.  Las albóndigas ya tienen su propia página de Facebook y los garbanzos con bacalao y espinacas se han convertido en los reyes de la del barrio.  

Hay un grupo de señoras que se han encadenado a la puerta exigiendo que acompañe todos los platos con patatas panadera.  y amenazan con traer a toda la peña del 15M  ¡Malas noticias señora!, las patatas panadera son pobres y no tienen buena reputación, así que me limitaré a incluirlas una vez a la semana con el plato del día.


Me acaba de llegar un queso añejo de leche cruda de oveja, zamorano para más señas.  ¿bueno?  buenísimo, es de esos que dejan regustillo en la boca (aftertaste para los cursis),  lo voy a dejar en carta escoltando a los de Cuenca y creo que también le voy a ofrecer Grana Padano italiano.  



El sábado pasado pasó por la Petenera el gran Bambino Monkey y dictó sentencia:  "¡Secreto para todos!"  Así que el secreto de gorrino ibérico encabeza la lista de sugerencias fuera de carta, lo sirvo con calabaza a la plancha y se está vendiendo bien.

Y en esas ando mujer de mi alma;  liando samosas, comprando de urgencia para los grupos y recibiendo visitas muy agradables.  El otro día el pollero me ofreció unas rosquillas "por que aún no has desayunado"  después de zamparme un buen puñado pensé: "lo malo no es estar en ayunas, el problema es que se note"  Si viene por aquí y me ve con ojeras mejor no diga nada.

Hay dos normas nuevas en la cocina:



Me voy a guisar.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Aquí sigo en LA PETENERA ¡Dónde si no!.  Hoy cumplo 15 días desde que inauguré y el ánimo no decae.  De momento va saliendo todo muy bien. El único accidente grave ha consistido en una sartén que acabó en el suelo, junto con la comida de personal,  mientras cocinaba y organizaba telefónicamente la web del restaurante.




















No se si se debe al cansancio o a los cuchillos que tan bien me afila José el del mercado de la cebada (en la planta de abajo, ¡no se confunda que hay mucho pirata suelto!) pero me estoy rebanando los dedos más seguido de lo que me gustaría.   

El caso es que esta pasando gente por aquí, algunos días hacemos cajas más bien discretas pero la media de gente que viene a comer o cenar es buena para llevar tan poco tiempo abierto; amigos, gente del barrio y desconocidos que al parecer se van satisfechos.  Lo mejor es cuando repiten.

El rabo se está vendiendo bastante bien, aunque los gnocchi de patata me están complicando la vida más de lo que me esperaba.  Los raviolis de conejo y el solomillo han tardado en debutar pero están gustando mucho y parece que se van a quedar mucho tiempo en la carta.  La gente pide el arroz con pies de cerdo y cigalas con más miedo que gusto pero los platos vienen a la cocina rebañados.  Alguno se come hasta las cabezas.  Las ensaladas funcionan muy bien y para mi sorpresa estoy vendiendo mucho caldo tlalpeño.

Sigo a vueltas con el personal.  El empleado del mes sigue dando de que hablar con su eficiente servicio pero tengo que hacer malabares con las chicas de la limpieza y los extras para ver quien se quedará con el puesto.

Creo que he acertado con los proveedores.  Me venden comida y me regalan sabiduría y buen hacer.  Los recaderos de varios mercados están confabulados para matarme al menor descuido así que la vespa se está convirtiendo en mi mejor aliada.  Estoy cogiendo una destreza que no me alcanza ni el más astuto de los repartidores de telepizza.

¡Señora, le tengo una buena noticia!:  ¡Por que usted lo exigió! Mañana me pongo a liar las samosas de morcilla con melocotones que me han dado fama desde Tomelloso a Somosaguas pasando por Villarreal.  Espero que disfrute y engorde a partes iguales mientras las come calientitas y crujientes.

El cocido de la peña de la legumbre ha dado de que hablar, así que esta semana va a caer uno ¿martes, miércoles? ni idea ¿alguien se apunta?

El brownie y la tarta de manzana están volando así que me toca hacer horas extras y suprimir siestas.  Este fin de semana habrá tiramisú ¿postre resultón? ¡ay señora no sea estirada que queda muy feo!  Bueno, bonito y barato.  ¿se lo va a perder?


Esta mañana he publicado los menús de navidad en la web.  ¡Haga su reserva cuanto antes! Aprovecho para dar las gracias a los tres mosqueteros que se están ocupando de imagen diseño y programación de la web. 

No se que excusa estará poniendo el señor que me imprime las cartas para sacarlas de la empresa por la cara así que desde aquí le mando un abrazo (a él y a la fiel compañera que no se chiva con los jefes).

Una semana más y otro bujero que le robo al cinturón.  Esto de montar un restaurante con el poco dinero que uno tiene y apoyarse en una línea de crédito del banco está resultando mejor que cualquier dieta o gimnasio.

Me voy a la cocina.

domingo, 18 de noviembre de 2012


Llevaba años diciendo en voz baja que quería abrir un restaurante en Madrid y casi sin querer el jueves pasado inauguré LA PETENERA.  Casi sin querer y sin salir del local pusimos el barrio entero patas arriba.  Hubo cazuelitas de Rabo de Choto con Gnocci, Arroz con pies de cerdo y cigalas y ensalada de picantón en escabeche, vino, cerveza y muy buen ambiente.

El último mes entero ha sido de locos, no tengo palabras para agradecer a todos los que de manera voluntaria me han ahorrado pintores, carpinteros, chóferes, furgonetas, diseño, psicólogo, artes gráficas y demás gestiones.  La última semana se ha pasado por aquí gente a regalarme platos, vasos y unos libros muy especiales.  No sé que decir.

No tengo tiempo para agradecer en persona a todos los que me habéis llamado o escrito para animarme así que os doy las gracias desde aquí.

Mención honorífica a la secretaria que me he improvisado para los últimos detalles y para el empleado del mes (que es mi único empleado).  Lo estáis haciendo muy bien.

El viernes por la mañana me di cuenta de que me olvidé de llamar a unos cuantos para la inauguración  

¡LO SIENTO!


A todos los clientes que habéis venido estos días os pido un poco de paciencia y os agradezco la oportunidad que me dais de poder atenderos.

Si estáis leyendo esto veniros a tomar una caña.  Salir a gritar a la calle que ya estamos abiertos, contarselo a la gente en el ascensor de la oficina.

¡Señora!  ¿No le da vergüenza ver a su marido todo el día en el sofá?  ¡Quítese el chándal y venga corriendo a LA PETENERA! no se arrepentirá.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Vaya semanita.  De momento me dedico a recibir todo tipo de comerciales en la zona del bar, algunos con tan mal aliento que te desmoralizan.  Vinos, licores, jamones, teléfono, conservas, tratamientos antiplagas, alarmas, agua, cerveza, limpieza, fontanería, seguros, etc.  

Llevo menos de una semana con las llaves del local y me parece una eternidad.  El primer día vine solo y tarde un buen rato en averiguar como abrir las puertas y encender las luces.  Después de unos minutos en la cocina puede ver toda la suciedad que no se aprecia a simple vista en las primeras visitas.  Había tanta grasa como para poner una fábrica de manteca.  Dos recias mujeres se dedican a sacarle brillo.  Espero que terminen hoy.  En cuanto pueda la bautizaré; creo que con un cocido montañés para los amigos.




















El fin de semana lo pasé mirando platos, vasos y demás cachibaches para tener esto con un mínimo de decoro sin tener que empeñar un riñón.  Espero solucionar todo cuanto antes y ponerme a cocinar.  

La semana que viene me pondré con los proveedores de comida.  De momento solo tengo apalabrado el servicio con la casquería de la planta de abajo del mercado de Antón Martín.

Tengo más de 500 CVs y de solo he tenido tiempo de descartar a los que no me interesan pero son tantos que no he tenido valor de leer uno solo.


Aunque el primer consejo de sabios terminó a voces fue la mar de alentador.  Discutimos a grito pelado con un bacalao al pil pil de testigo.  Buen vino y mejor pan.  Se nos volvió a ir la mano con las copas.

He descubierto que el bar de enfrente tiene vermouth de grifo y un bocata de boquerones espectacular.  Cualquier día cerramos la calle sin permiso y abrimos los dos en plan feria.

domingo, 7 de octubre de 2012

Cuando la comida esta buena sobran explicaciones, halagos y excusas.  Todo se acaba.

Me exilié unos días anca el Presi para despejarme un poco.  Entre largos paseos, sesiones maratonianas de Los Soprano, buena lectura y mejor compañía pude recargar las pilas de cara a un otoño que apunta muy lento.



Nos fuimos apañando con lo justo; Pasta con sepionets y arroz con merluza.  Ligero, sabroso, barato.


De vuelta y mientras busco local para instalarme, la excelentísima Sra. Botella sigue empeñada en convertir el distrito centro de Madrid en una casita de muñecas, lo soporto intentando comer ligero.

 

 













Platos ligeros como este orzo con okra y un chile picantísimo que compre en el kasbah de Lavapiés me mantienen a raya. Desgraciadamente las excepciones no son pocas.  Siempre aparece una buena excusa para ponerse serio con las calorías.

Harto de la opulencia culé y del buenísmo hipócrita que impera en Can Barça, me estoy volviendo atlético.  No por ello dejo de ver los Barça-Madrid como días grandes así que rompí mi promesa de no volver a cocinar en día de partido y me fui a ver al casquero mayor del barrio que me surtió con deliciosas lenguas de cordero y un rabo de ternera que revolucionó la planta baja del mercado "¡Yo quiero uno como ese!" reclamaba encendida una vieja envidiosa mientras el buen hombre le explicaba que "así de gordos" solo los traía de encargo.

Fuego lento que te crió, buen vino y mejor pan.

Las lenguas en ensalada con patatas y escarola.


 El rabo con judías a.k.a. fesols de Santa Pau. 



Al final, empate tenso y victoria colchonera.

Seguiré haciendo méritos.  A ver si algún día me podéis llamar pijo ácrata.