En cinco meses se ha hablado mucho de mi. Que soy muy bueno, que estoy loco, que no sé lo que quiero, que soy una puta, que soy un genio, que soy muy duro, que soy un canalla, que no tengo donde caerme muerto, que no se cocinar, que soy rojo, progre y toda esa basura, que soy muy peligroso, que soy un bohemio, que soy gay, que soy muy pijo, que soy muy rancio, que soy el mejor, que nadie tiene la cocina tan sucia como yo, que soy muy necio, que soy un gigolo, que no me importa nada, que no hay otro como yo, que no me gusta la comida que hago, que no tengo educación, que trafico con mi trabajo, que soy un cerdo, que soy un artista, que soy un vago, que soy un facha de mierda, que soy indispensable, que canto muy bien, que soy un blandengue, que soy rico, que soy un gitano, que me van a partir la cara, que soy un ladrón, que tengo muy mala leche, que soy el alma de la fiesta, que voy a durar dos días, que soy un funambulista, que no hay nadie tan trabajador como yo, que soy un mentiroso, que intenté inotoxicar al alcalde, que soy muy caro, que soy muy buena persona, que se están riendo de mi, que todo lo que hago está buenísimo, que soy un paria, que tengo un yate en Ibiza, que vivo de los sueños, que estoy vendido, que no se de que va esto, que me llevo comisiones, que solo quiero llamar la atención, que no se bailar, que estoy desencantado, que soy el mejor cocinero del pueblo ¡OLE TUS COJONES! que soy como de la familia, que soy muy bacin, que soy genial, que soy...

No sé. Solo intento ser yo mismo.