Tuvo que venir el presi para abrir la cocina. Llego con la primavera y unas longanizas de pascua bajo el brazo.

Un arroz con guisantes y alcachofas hizo que terminamos peleando por rebañar la olla hasta el final.

Otro día nos conformamos con palpar unos tomates nalgones acompañados de aguacate.

Acabamos cocidos a gintonics haciendo fotos chorras.

Nos dejó solos (a mi y a mis fantasmas) con buenos embutidos de los que sigo dando cuenta.