sábado, 28 de abril de 2012

Hay días en que todo sale perfecto.   Arroz con pies de cerdo, habas y cigalas.  Sabor ampurdanés.


Un poco de paciencia para cocer las patas del guarro y un sofrito como los que demandaba Josep Pla.


18 minutos y a la mesa.


Voilà.


Cava (supercava que dirían los tres mosqueteros) en las copas y a pringarse los dedos. Mmmmmmmmmmmm...


Buenos quesos para terminar.

Mataría por vender algo así.  Estoy en ello.


Me voy al teatro.

domingo, 22 de abril de 2012

Sobreviví a un fin de semana en el campo sin tener que recurrir a los postres habituales y pude rectificar otros que había probado anteriormente.


Los 4 fuegos se jodieron en medio de la cena pero sobrevivimos a base de instinto y la cosa no pasó a mayores.  Entre medias apareció esta bicheja en la cocina aportando algo de entretenimiento.


Una pariente suya acabó estofada de esta guisa. Menos mal que la pequeña no estuvo presente o en un descuido hubiera acabado en la perola.


Hace ya varios meses sembramos guisantes en el huerto pero no acaban de prender, a cambio la tierra nos brinda deliciosas lechugas y algún que otro rábano.  Parece que los tomates este año vendrán más temprano, habrá que seguir esperando.


¿A alguien le apetecen unas albóndigas?   Que viene el calor y luego no entran ni con aire acondicionado.  No diga que no se lo advertí.


Seguimos con el servicio a domicilio; esta vez en casa de buenos amigos que es donde más disfruto. El miércoles parimos este arroz con mero, langostinos y guisantes.  MA CHE COSA!  No nos comimos la olla de casualidad.  Buena comida, buen vino, mejor compañía.  Creo que si tuviera suficiente dinero, alquilaría un local para cocinar solamente para mis amigos.  En fin, tengo 5 apuestas de Euromillones para la semana que viene. Crucen los dedos.




Y nuevamente para los amigos, esta vez en la posada perpetramos un gran acontecimiento para la enésima versión del partido del siglo.  Aunque no sirvió de mucho, en un gesto de apoyo culé me dispuse a preparar un cap i pota amb cigrons i botifarra antológico.


Largas horas de lenta cocción dieron su gelatinoso fruto.  Acabamos con el guiso en tiempo record mojando delicioso pan gallego.


De primero y también en plan culé chopitos salteados con alubias de Santa Pau que se le escaparón al fotografo.

Terminamos con un guiño a los merengues en forma de tarta de limón.


Café, gintonics (quizá muchos ¿¿??) y dominó. Alguno fue capaz de dormir una larga siesta en medio del ruido. Antes de ver el partido tuvimos que ir a la farmacia por unos caramelos para poder desatascar el gaseoducto Madrid-Barça.


Más gintonics, caos y en medio de todo una curiosa tertulia spengleriana.  Parece que el ninot indultado termino lesionado.  Habrá que repetir. ¿Quién se apunta?


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