Anoche se acomodó la insoportable Chavela Vargas en la posada y la muy cabrona no se quiere ir. Muy en el fondo quiero que se quede pero hace años que no me torturaba de esa manera tan cruel y autodestructiva y no es fácil, además la convivencia entre la señora y mis fantasmas no es buena.
Acabamos revolcandonos en mierda que pensé que se había secado pero que sigue tan fresca como el primer día, hurgando en heridas que creía que habían sanado y que están llenas de pus, recomenzamos cosas que habían acabado mal y que solo pueden terminar peor.
Se llenó todo de amargura, de rabia, de angustia, de desolación, de preguntas incomodas, de hastio, de fatiga, de soledad, de complejos, de rencor, de ansiedad... hace mucho tiempo que no me encontraba tan bien ¿Que sería de la vida (de la muerte) sin estos pequeños tesoros?
ufffffffff. El presi
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