Cuando la comida esta buena sobran explicaciones, halagos y excusas. Todo se acaba.
Me exilié unos días anca el Presi para despejarme un poco. Entre largos paseos, sesiones maratonianas de Los Soprano, buena lectura y mejor compañía pude recargar las pilas de cara a un otoño que apunta muy lento.
Nos fuimos apañando con lo justo; Pasta con sepionets y arroz con merluza. Ligero, sabroso, barato.
De vuelta y mientras busco local para instalarme, la excelentísima Sra. Botella sigue empeñada en convertir el distrito centro de Madrid en una casita de muñecas, lo soporto intentando comer ligero.
Platos ligeros como este orzo con okra y un chile picantísimo que compre en el kasbah de Lavapiés me mantienen a raya. Desgraciadamente las excepciones no son pocas. Siempre aparece una buena excusa para ponerse serio con las calorías.
Harto de la opulencia culé y del buenísmo hipócrita que impera en Can Barça, me estoy volviendo atlético. No por ello dejo de ver los Barça-Madrid como días grandes así que rompí mi promesa de no volver a cocinar en día de partido y me fui a ver al casquero mayor del barrio que me surtió con deliciosas lenguas de cordero y un rabo de ternera que revolucionó la planta baja del mercado "¡Yo quiero uno como ese!" reclamaba encendida una vieja envidiosa mientras el buen hombre le explicaba que "así de gordos" solo los traía de encargo.
Fuego lento que te crió, buen vino y mejor pan.
Las lenguas en ensalada con patatas y escarola.
El rabo con judías a.k.a. fesols de Santa Pau.
Al final, empate tenso y victoria colchonera.
Seguiré haciendo méritos. A ver si algún día me podéis llamar pijo ácrata.
Si, si, si, yo también quiero ser "pijo ácrata"...
ResponderEliminarRicos días en Can Alf. Abajo el buenismo de cualquier color o ideología. Esperamos con ansia la apertura.
ResponderEliminarEl Presi