jueves, 27 de diciembre de 2012


Esta mañana me puse a hacer raviolis de conejo... acabo de terminar (10:00-23:30).  Un auténtico coñazo.  Estofar el conejo, deshuesarlo, deshebrarlo, hacer la farsa y el relleno.  Preparar la salsa, ligarla y espesarla.  Montar los Raviolis, envasarlos, envasar la salsa.  Todo eso mientras preparas toda la comida del día y haces dos kilos de masa para buñuelos para una cena que finalmente se ha cancelado.  No se lo deseo a nadie.  


Entre medias ha venido por aquí un francés y ha pedido una ración;  cuando terminó  dijo que estaban muy buenos y pidió otra.  Solo por eso vale la pena.


Con el relleno que sobró me preparé dos canelones y me los zampé con una birra bien fría.  Sobró un poco de salsa.  ¿Le apetece un arroz o algo de pasta? Mañana voy por un gazapito.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Es diciembre y no queda otra que subirse al carro de las cenas y comidas navideñas para grupos.  A pesar de que las cenas son muy buenas para el restaurante, estoy comenzando a ganar enemigos entre quienes me rodean haciendo uso de esa extraña cualidad que hace que todo el que se me acerca termine perdiendo los nervios y deseando matarme.

Aún así vamos (el empleado del mes, las chicas, mis fantasmas y yo) sacando el trabajo adelante.  Poco a poco la carta se va consolidando y entre medias se van colando distintas cosas que van y vienen; mención honorífica para los tacos que arrasaron  el pasado fin de semana y para el arroz con morros de cerdo, setas y garbanzos que engordó de gozo a más de una clienta.

El empleado del mes ha localizado a un proveedor secreto de maíz del bueno y hemos desterrado al amarillo tan dulzón para hacer el caldo tlalpeño con este que tiene más personalidad.



Los platos del día también van generando diversas reacciones.  La pasta de los viernes se ha ido para siempre y el magro de cerdo genera más de una duda, aunque siempre acaba vendiéndose.  Las albóndigas ya tienen su propia página de Facebook y los garbanzos con bacalao y espinacas se han convertido en los reyes de la del barrio.  

Hay un grupo de señoras que se han encadenado a la puerta exigiendo que acompañe todos los platos con patatas panadera.  y amenazan con traer a toda la peña del 15M  ¡Malas noticias señora!, las patatas panadera son pobres y no tienen buena reputación, así que me limitaré a incluirlas una vez a la semana con el plato del día.


Me acaba de llegar un queso añejo de leche cruda de oveja, zamorano para más señas.  ¿bueno?  buenísimo, es de esos que dejan regustillo en la boca (aftertaste para los cursis),  lo voy a dejar en carta escoltando a los de Cuenca y creo que también le voy a ofrecer Grana Padano italiano.  



El sábado pasado pasó por la Petenera el gran Bambino Monkey y dictó sentencia:  "¡Secreto para todos!"  Así que el secreto de gorrino ibérico encabeza la lista de sugerencias fuera de carta, lo sirvo con calabaza a la plancha y se está vendiendo bien.

Y en esas ando mujer de mi alma;  liando samosas, comprando de urgencia para los grupos y recibiendo visitas muy agradables.  El otro día el pollero me ofreció unas rosquillas "por que aún no has desayunado"  después de zamparme un buen puñado pensé: "lo malo no es estar en ayunas, el problema es que se note"  Si viene por aquí y me ve con ojeras mejor no diga nada.

Hay dos normas nuevas en la cocina:



Me voy a guisar.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Aquí sigo en LA PETENERA ¡Dónde si no!.  Hoy cumplo 15 días desde que inauguré y el ánimo no decae.  De momento va saliendo todo muy bien. El único accidente grave ha consistido en una sartén que acabó en el suelo, junto con la comida de personal,  mientras cocinaba y organizaba telefónicamente la web del restaurante.




















No se si se debe al cansancio o a los cuchillos que tan bien me afila José el del mercado de la cebada (en la planta de abajo, ¡no se confunda que hay mucho pirata suelto!) pero me estoy rebanando los dedos más seguido de lo que me gustaría.   

El caso es que esta pasando gente por aquí, algunos días hacemos cajas más bien discretas pero la media de gente que viene a comer o cenar es buena para llevar tan poco tiempo abierto; amigos, gente del barrio y desconocidos que al parecer se van satisfechos.  Lo mejor es cuando repiten.

El rabo se está vendiendo bastante bien, aunque los gnocchi de patata me están complicando la vida más de lo que me esperaba.  Los raviolis de conejo y el solomillo han tardado en debutar pero están gustando mucho y parece que se van a quedar mucho tiempo en la carta.  La gente pide el arroz con pies de cerdo y cigalas con más miedo que gusto pero los platos vienen a la cocina rebañados.  Alguno se come hasta las cabezas.  Las ensaladas funcionan muy bien y para mi sorpresa estoy vendiendo mucho caldo tlalpeño.

Sigo a vueltas con el personal.  El empleado del mes sigue dando de que hablar con su eficiente servicio pero tengo que hacer malabares con las chicas de la limpieza y los extras para ver quien se quedará con el puesto.

Creo que he acertado con los proveedores.  Me venden comida y me regalan sabiduría y buen hacer.  Los recaderos de varios mercados están confabulados para matarme al menor descuido así que la vespa se está convirtiendo en mi mejor aliada.  Estoy cogiendo una destreza que no me alcanza ni el más astuto de los repartidores de telepizza.

¡Señora, le tengo una buena noticia!:  ¡Por que usted lo exigió! Mañana me pongo a liar las samosas de morcilla con melocotones que me han dado fama desde Tomelloso a Somosaguas pasando por Villarreal.  Espero que disfrute y engorde a partes iguales mientras las come calientitas y crujientes.

El cocido de la peña de la legumbre ha dado de que hablar, así que esta semana va a caer uno ¿martes, miércoles? ni idea ¿alguien se apunta?

El brownie y la tarta de manzana están volando así que me toca hacer horas extras y suprimir siestas.  Este fin de semana habrá tiramisú ¿postre resultón? ¡ay señora no sea estirada que queda muy feo!  Bueno, bonito y barato.  ¿se lo va a perder?


Esta mañana he publicado los menús de navidad en la web.  ¡Haga su reserva cuanto antes! Aprovecho para dar las gracias a los tres mosqueteros que se están ocupando de imagen diseño y programación de la web. 

No se que excusa estará poniendo el señor que me imprime las cartas para sacarlas de la empresa por la cara así que desde aquí le mando un abrazo (a él y a la fiel compañera que no se chiva con los jefes).

Una semana más y otro bujero que le robo al cinturón.  Esto de montar un restaurante con el poco dinero que uno tiene y apoyarse en una línea de crédito del banco está resultando mejor que cualquier dieta o gimnasio.

Me voy a la cocina.

domingo, 18 de noviembre de 2012


Llevaba años diciendo en voz baja que quería abrir un restaurante en Madrid y casi sin querer el jueves pasado inauguré LA PETENERA.  Casi sin querer y sin salir del local pusimos el barrio entero patas arriba.  Hubo cazuelitas de Rabo de Choto con Gnocci, Arroz con pies de cerdo y cigalas y ensalada de picantón en escabeche, vino, cerveza y muy buen ambiente.

El último mes entero ha sido de locos, no tengo palabras para agradecer a todos los que de manera voluntaria me han ahorrado pintores, carpinteros, chóferes, furgonetas, diseño, psicólogo, artes gráficas y demás gestiones.  La última semana se ha pasado por aquí gente a regalarme platos, vasos y unos libros muy especiales.  No sé que decir.

No tengo tiempo para agradecer en persona a todos los que me habéis llamado o escrito para animarme así que os doy las gracias desde aquí.

Mención honorífica a la secretaria que me he improvisado para los últimos detalles y para el empleado del mes (que es mi único empleado).  Lo estáis haciendo muy bien.

El viernes por la mañana me di cuenta de que me olvidé de llamar a unos cuantos para la inauguración  

¡LO SIENTO!


A todos los clientes que habéis venido estos días os pido un poco de paciencia y os agradezco la oportunidad que me dais de poder atenderos.

Si estáis leyendo esto veniros a tomar una caña.  Salir a gritar a la calle que ya estamos abiertos, contarselo a la gente en el ascensor de la oficina.

¡Señora!  ¿No le da vergüenza ver a su marido todo el día en el sofá?  ¡Quítese el chándal y venga corriendo a LA PETENERA! no se arrepentirá.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Vaya semanita.  De momento me dedico a recibir todo tipo de comerciales en la zona del bar, algunos con tan mal aliento que te desmoralizan.  Vinos, licores, jamones, teléfono, conservas, tratamientos antiplagas, alarmas, agua, cerveza, limpieza, fontanería, seguros, etc.  

Llevo menos de una semana con las llaves del local y me parece una eternidad.  El primer día vine solo y tarde un buen rato en averiguar como abrir las puertas y encender las luces.  Después de unos minutos en la cocina puede ver toda la suciedad que no se aprecia a simple vista en las primeras visitas.  Había tanta grasa como para poner una fábrica de manteca.  Dos recias mujeres se dedican a sacarle brillo.  Espero que terminen hoy.  En cuanto pueda la bautizaré; creo que con un cocido montañés para los amigos.




















El fin de semana lo pasé mirando platos, vasos y demás cachibaches para tener esto con un mínimo de decoro sin tener que empeñar un riñón.  Espero solucionar todo cuanto antes y ponerme a cocinar.  

La semana que viene me pondré con los proveedores de comida.  De momento solo tengo apalabrado el servicio con la casquería de la planta de abajo del mercado de Antón Martín.

Tengo más de 500 CVs y de solo he tenido tiempo de descartar a los que no me interesan pero son tantos que no he tenido valor de leer uno solo.


Aunque el primer consejo de sabios terminó a voces fue la mar de alentador.  Discutimos a grito pelado con un bacalao al pil pil de testigo.  Buen vino y mejor pan.  Se nos volvió a ir la mano con las copas.

He descubierto que el bar de enfrente tiene vermouth de grifo y un bocata de boquerones espectacular.  Cualquier día cerramos la calle sin permiso y abrimos los dos en plan feria.

domingo, 7 de octubre de 2012

Cuando la comida esta buena sobran explicaciones, halagos y excusas.  Todo se acaba.

Me exilié unos días anca el Presi para despejarme un poco.  Entre largos paseos, sesiones maratonianas de Los Soprano, buena lectura y mejor compañía pude recargar las pilas de cara a un otoño que apunta muy lento.



Nos fuimos apañando con lo justo; Pasta con sepionets y arroz con merluza.  Ligero, sabroso, barato.


De vuelta y mientras busco local para instalarme, la excelentísima Sra. Botella sigue empeñada en convertir el distrito centro de Madrid en una casita de muñecas, lo soporto intentando comer ligero.

 

 













Platos ligeros como este orzo con okra y un chile picantísimo que compre en el kasbah de Lavapiés me mantienen a raya. Desgraciadamente las excepciones no son pocas.  Siempre aparece una buena excusa para ponerse serio con las calorías.

Harto de la opulencia culé y del buenísmo hipócrita que impera en Can Barça, me estoy volviendo atlético.  No por ello dejo de ver los Barça-Madrid como días grandes así que rompí mi promesa de no volver a cocinar en día de partido y me fui a ver al casquero mayor del barrio que me surtió con deliciosas lenguas de cordero y un rabo de ternera que revolucionó la planta baja del mercado "¡Yo quiero uno como ese!" reclamaba encendida una vieja envidiosa mientras el buen hombre le explicaba que "así de gordos" solo los traía de encargo.

Fuego lento que te crió, buen vino y mejor pan.

Las lenguas en ensalada con patatas y escarola.


 El rabo con judías a.k.a. fesols de Santa Pau. 



Al final, empate tenso y victoria colchonera.

Seguiré haciendo méritos.  A ver si algún día me podéis llamar pijo ácrata.

miércoles, 12 de septiembre de 2012


 


El otro día, jugaba el Barça con el Madrid y en previsión de un nuevo título culé, antes del partido preparé estas costillas de ternera con gnochi de calabaza.  ¡Nos pusimos morados! comimos, bebimos, la cosa iba tan bien que nos retrasamos y cuando llegamos a ver el partido el Madrid ya ganaba por 2-0.  La cosa fue a peor y el título fue para los merengues. Las últimas veces que he cocinado para un partido así, siempre acaba ganando el Madrid y me pongo de muy mala leche por lo que he decidido que no vuelvo a cocinar para la previa de un clásico.

Desde entonces estoy aprovechando para desintoxicarme de los gin tonics del verano, que no fueron pocos, a base de verduras, pasta, agua, mucha agua y largas caminatas.  Algo de pescado meto entre medias, pero la carne, la cerveza y el vino se han convertido en auténticos lujos.


Algun día hago trampa, así que algún guiso más o menos contundente se va colando entre medias como este de sepia con patatas y alcachofas.


O estos gnocci con carne que me improvisé con la carne que sobró un día que hice hamburguesas y que casi sin querer, quedaron deliciosos.



También se he tenido tiempo para mi querida casquería. Esta ensalada de lentejas y crestas de gallo en escabeche (será gallina digo yo) además de rica es muy nutritiva, recuerdo habar leído no se donde que las crestas son buenísimas para las articulaciones.



Ayer disfrutamos con una merluza "de pincho llegada esta mañana de Galicia" según me juró la pescadera acompañada de una rica ensalada de judías verdes y paraguayas.  El caso es que verdad o mentira, la merluza estaba buenísima y la ensalada le vino de miedo.


Cada vez me sorprende más la cantidad de mentiras que son capaces de soltar los vendedores de los puestos de los mercados con tal de satisfacer a un público cada vez más exigente.  Productos biológicos, naturales, caseros, sostenibles, orgánicos, salvajes, originarios de no se dónde... El caso es vender.  Yo me conformo con que el producto sea buenísimo, pero se empeñan en contar leyendas a veces milenarias sobre el maravilloso producto que me ofrecen.  Me he dado cuenta de que los mejores casi siempre son los más brivones, portadores de un gen que les convierte en mentirosos compulsivos.


Mientras tanto, sigo buscando local y aunque cada semana va saliendo algo nuevo todo va más lento de lo que me gustaría, así que estoy invirtiendo algo de tiempo en una web de recetas que parimos el ninot et moi espalda con espalda.

No sé que demonios estaba pensando cuando decidí convertirme en mi propio webmaster pero desde que estoy con la web de Gangsters don´t brown me está saliendo mi vena maás obsesiva.  Acheteemeeles, peachepes, esekúeles, jostings, ceeseeses, favicones y demás paridas me están costando los nervios.












Creo que está quedando bien.  El señor que está haciendo los dibujos dice que pronto va a tener la primer receta, parece que está muy ocupado por que hace poco le han dado un premio.

Hemos colgado un avance aquí.  Veremos como preparar un arroz con manitas de cerdo y cigalas al mejor estilo ampurdanés.  A ver si os gusta.

lunes, 20 de agosto de 2012

Agosto en Madrid pasa muy despacio.  Además de buscar local, me entretengo cocinando para los amigos y obsesionado con un nuevo proyecto.


Con tanto sol no apetece torear demasiado así que nos apañamos con comidas ligeras casi siempre escoltadas por delicioso gazpacho.


Mientras escribo esto, me doy cuenta de que tengo el cerebro más seco que las plantas que decoran mi ventana.   El sol esta acabando con todo dentro de esta humilde posada así que huyo en cuanto puedo a refugios más acogedores pero una especie de bucle hace que termine siempre donde mismo.


No sé exactamente en que estado mental estoy, pero cada vez me siento más identificado con el caracol de la foto.  Compré al bicho y a un puñado de hermanos en el "mercat" de Castellón después de darles varios baños, perecieron para enriquecer un arroz con costillas de cerdo.


¡Arrooooooz! que diría Mauricio Garcés... sin darme cuenta, estoy haciendo demasiado y ya se sabe; por cada grano de arroz un sabio con la lección de el día.


Aunque la crítica a veces pica, se agradece, lo peor viene cuando los propios fantasmas son los que dictan sentencia y ya nada resulta bueno.



Los muy cabrones le han declarado la guerra a la puta bicicleta y como estoy sin piscina me entretengo andando entre patos silvestres y jugando a matar forajidos ¡adios amigooooooooos!


El ninot indultat me sigue sorprendiendo con nuevos dibujos, no se si su nueva afición al jazz me permitirá exprimirlo lo suficiente.

lunes, 6 de agosto de 2012

Anoche se acomodó la insoportable Chavela Vargas en la posada y la muy cabrona no se quiere ir.  Muy en el fondo quiero que se quede pero hace años que no me torturaba de esa manera tan cruel y autodestructiva y no es fácil, además la convivencia entre la señora y mis fantasmas no es buena.

Acabamos revolcandonos en mierda que pensé que se había secado pero que sigue tan fresca como el primer día, hurgando en heridas que creía que habían sanado y que están llenas de pus, recomenzamos cosas que habían acabado mal y que solo pueden terminar peor.

Se llenó todo de amargura, de rabia, de angustia, de desolación, de preguntas incomodas, de hastio, de fatiga, de soledad, de complejos, de rencor, de ansiedad... hace mucho tiempo que no me encontraba tan bien ¿Que sería de la vida (de la muerte) sin estos pequeños tesoros?

viernes, 27 de julio de 2012


Justo cuando tenía todo listo para cerrar la posada, me comunican que no voy a la playa.  Al igual que a los futbolistas de la operación salida, me me he quedado sin gira de verano.

Me despedí sin saberlo con estas albóndigas de merluza a la hierbabuena, ricas y ligeras.


Así que con la música a otra parte.  Hace tiempo que no me ponía con un plano parece que no he perdido la destreza.



Mi cabeza es un hervidero, los fantasmas trabajan a tope, parece que todo va cuadrando.  Me da un poco de vértigo pero me ha llegado la hora.

Cualquier idea es bienvenida.

lunes, 16 de julio de 2012

Me han llegado los primeros tomates del huerto justo a tiempo, sin abonos raros, pesticidas ni genes abominables, agua, sol y estiercol.  Una delicia.


Vienen muchos más pero me voy a la playa dentro de poco así que me estoy olvidando de ellos.


Siguen brotando calabacines, cebollas, pimientos, berenjenas y acelgas, muchísimas acelgas.  El otro día cogí unos cuantos manojos y como comienzo a tener overbooking en el congelador, las serví con unas lentejas que estaba elucubrando, con su chorizo, su tocino, su panceta.


¡Virgen santa! me puse morado, sutil equilibrio entre verdes, legumbres y chacinas.


La leche frita esta resultando la canción del verano entre niños y chachas.  Triunfa sobre flanes, natillas, tartas varias y arroz con leche.

Todo pinta de maravilla pero mis demonios internos atacan impulsados por la chacha mayor, la impúdica niñera madura, la madre shipton, y toda la corte de brujas que me rodean a diario.  Ataques de pánico, de ira, de ansiedad están acabando con mis nervios.  

He tenido que recurrir al fuego para espantar al ogro que comienza a dominar mis actos y mis pensamientos.


Así que he estado un par de días cocinando a la brasa.


Después de despachar estas ricas chuletillas de cordero, salí corriendo a can Alf para darme un tratamiento de desintoxicación de tanta mala baba. Aunque ya no están los gatos ni las palmeras, todo sigue igual.  Además el fin de semana vino el jardinero y dejó todo listo para pegarnos unos buenos bailes.

Con el fuego, el jardín a punto y una inigualable compañía pude  espantar a mis demonios y redirigir mis obsesiones a temas más trascendentes como el método más conveniente para hacer la paella perfecta o  el debate sobre las ventajas y desventajas de las ensaladas y los bosques flotantes dentro del gin tonic.


Es curioso que teniendo puerto cerca no hayamos podido comprar pescados de buen tamaño. Después de discutir un poco con la pescadera, nos conformamos con estos dos rubios cabezones.


Nos los zampamos con la presencia de la gran Chavela Vargas.  La gente se ríe cuando Chavela dice que habla con Lorca, pero la otra noche yo la tuve delante durante horas.  Espíritus, teletransportación, exceso de alcohol o simple estupidez... el caso es que los pescados resultaron buenísimos.


Probamos dos metodos para la paella, valenciano y alicantino uno cada día.  Conejo y verduras locales; bajocones, judías blancas y alcachofas enriquecieron al arroz.


El debate sigue abierto, lo seguirá siempre, el caso es seguir dándole vueltas.



Entiendo que la mayoría de la gente piense que es una salvajada, pero cuando encuentro un buen chuletón me gusta comerlo tostado por fuera y crudo por dentro, sin que este frio; azul que dirían los cursis.


Esta chuleta de dos kilos era pura mantequilla, renuncié al primero y la guarnición para poder dar buena cuenta de la parte que me correspondía.

Poco a poco recobré la calma y retomé a un Carlos Fuentes  que tenía abandonado en mi mesa camilla.

Como en Madrid no encuentro crestas de gallo crudas, me hice con unas pocas para hacer un guisito.  El destino quiso que cogiera una botella de vinagre pensando que era vino de jerez y cuándo me quise dar cuenta el vinagre ya estaba en la salsa, por lo que reconvertí el guiso en un delicioso escabeche que disfrutamos templadito.


Re-hab breve pero intenso.  De regreso a Madrid, el jardinero me obsequió con un kilo de cangrejos que cociné de estraperlo para el personal de jardines, vigilancia y mantenimiento.


Buena parte de la tropa de chachas se ha adelantado camino de la playa, así que tengo unos días de tregua.  Aprovecharé estos días que estoy solito para seguir aprendiendo e intentar abrir una sandía con esta nueva técnica ¿alguien se anima?