Siempre me ha sorprendido la facilidad que tenemos los seres humanos para autogenerarnos necesidades que no lo son.
El otro día me inventé que no podría vivir sin una cámara. Resulta que llevo toda la vida sin una, pero un día me levantó y decido que ya no puedo más. ¡La necesito! ¡Que voy a hacer sin ella! aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! Si lo pensáis en frío, seguramente lleguéis a la conclusión de que la necesito.
A otra cosa.
Después de varios conflictos con el horno decidí que necesitaba un termometro para ver que coño estaba pasando dentro. Más de una vez se ha quedado la carne cruda o las verduras fofas por fiarme del aparatejo que, a pesar de todo, ha cumplido con creces con lo que tenía que dar durante su vida útil.
No me sorprendí mucho cuando comprobé que el muy cabrón cuando dice 120º en realidad quiere decir 85º o cuando dice 100º es por que piensa calentar a 65º ó 70º
Al final compré el termómetro y la cámara. La diferencia de precio entre uno y otro es de 18 veces el precio dle más barato ¡! ¿?
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