miércoles, 27 de enero de 2010

Vamos encarrilando el tema cara a la siguiente merienda.

Además de la pasta a limón, el viernes ya de madrugada preparé unos shitakes en escabeche de soja y otros en escabeche dulce de frambuesa. ¡Cojonudos! Ninguno es mejor que el otro, combinan perfectamente. Creo que para la próxima añadiré otros con escabeche de vinagre de Jerez. Algo me hace pensar que quedarán mejor en trío que en dúo.















Una ensalada de lombarda con pollo tibio (ensalada pensada diría alguno) acaba de abrir un nuevo camino con vistas al verano. Ya veremos a dónde nos lleva. El caldo del pollo que descansa en el congelador tomo buen color con un par de hojas moradas.















La china y los 7 enanos a los que explota están que me comen a besos. Este fin de semana pasé 3 veces por ahí y aunque no gasté mucho dinero, cada vez que entro se descojonan. Cuando se les pasa son amabilísimos.

Entre otras cosas compré miso blanco y sake para unos mejillones que además de baratos y sencillos quedaron muy buenos. Habrá que darles otra vuelta.















El cerdo de aquí es peor y más caro que el de Jaime. Busca que busca pero nada. No es que esté malo, pero el de Jaime es pura mantequilla... en fin. Habrá que ir a verlo.

Probamos con unos medallones de cerdo al pibil con una ensalada de aguacate, rúcula y granada que quedó mejor que la del otro día. El cerdo estaba bueno, pero no quedó como el de Can Alf. Supongo que por la materia prima (sin olvidarnos de mi querido horno). En cualquier caso descubrimos que la ensalada con un poco de cerdo y salsa por encima queda buenísima. Ya probaremos con retales.















Por último, otro solomillo de cerdo con costra de especiás y mostaza. Mismo cerdo, mismo horno, otra técnica, mucho mejor resultado.















El mismo tipo le mete mano a dos trozos de solomillo del mismo cerdo en el mismo horno con distintos resultados ¿que habrá fallado? El horno. ¡Seguro! ¿o el cerdo?

En cualquier caso, los solomillos de Jaime (los que vende, ¡no sea mal pensada señora!) son mucho mejores y un 30% más baratos. La putada es que está a 411 Km. de la posada.

La incompetencia me ha obligado a buscar quien prepare los postres. Vamos bien encaminados.














2 comentarios:

  1. Veo que la tecnología llega a la posada. Ojalá que las "necesidades" no maten lo esencial y sirvan tan solo como apoyo a la delicada labor del buen yantar.

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  2. Los postres van también encaminados, no? Tengo nuevas recetas!! Un beso!!

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