lunes, 12 de abril de 2010

Sigo por aquí.

En un alarde de sencillez me cené la otra noche una ensalada de rúcula un queso fresco buenísimo y un poco de hierbabuena. Su aceite, su vinagre y su sal. Parece poca cosa, pero el resultado sorprende.
Con un poco de atún que sobró en una cena, preparé un tartar clásico con un chorrito de tequila que desapareció de la mesa nada más servirlo.
Tengo por acá varios libros de cocina, un huevo de recetas, mil ideas y pocas oportunidades de ejecutarlas. Hace tiempo vi una receta de risotto con hinojos y vodka en un libro vegetariano y no había tenido oportunidad de probarlo. Aprovechando que el frutero tiene de todo, cogí dos hinojos hermosos y me puse manos a la obra. Bastante bueno el invento.
El mes pasado no pude con la tentación y me pasé por una de mis tiendas de cacharros favoritas. Una ruina para la visa que estoy disfrutando poco a poco. Una licuadora que promete hacer los mejores cócteles este verano, peladores, un abrelatas italiano, ralladores, y no sigo que me dan ganas de volver. Cuesta contenerse. Un puto desastre.

Entre otras cosas me hice con un artilugio para cocinar al vapor que funciona de maravilla. La urgencia y un vacío de ideas (espero que sea puntual) me impidieron improvisar y le metí como indica el librillo que lo acompaña unas brochetas de rape y bacon. No estaban mal. Regulares. Habrá que afinar. Así no vale.
Sigo buscando un carnicero bueno bonito y barato por le barrio. Lo de Jaume en Vila-Real es increible, esta semana santa ha ascendido a categoría de Jedi master, pero el cabrón esta muy lejos y por Madrid no encuentro lo que busco. Ya sé que están por ahí Raza Nostra, El puto Corté Inglés y demás sitios de postín pero no encuentro una carnicería en el barrio que de la talla. En cualquier caso el solomillo de buey que nos metimos entre pecho y espalda estaba bastante bueno. La plancha muy caliente, un poco de sal y a comer. Un puré de patata con algo de ralladura de limón hizo de guarnición.
Y por acá estoy. Sigo dando vueltas a todo y me sigue faltando tiempo. Resulta eterno tener que esperar tres o cinco días para poder cocinar algo nuevo, repetir algo, darle la vuelta a alguna vieja receta... así que cierro el chiringuito oficial para ver si soy capaz de dedicarme a esto a tiempo completo de manera digna y poder vivir de ello. De momento estaré en la posada. Ya veré donde meto la cabeza. El mes que viene me quedo en pelotas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario