lunes, 29 de noviembre de 2010

¡A ver señoras!!!!!!!!!!!!! ya está bien de chachara.

Lo voy a decir una vez para que quede clarito.

YO soy el que parte el bacalao.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Ayer me levanté triste y sin ganas de aguantar tonterías. Me metí en la cocina y me puse, calladito para no contagiar a nadie, a hacer croquetas esperando a que alguien viniera a tocarme las narices para cortarle la cabeza.

De pronto y contra toda costumbre, un cliente entro en la cocina y me contó un chiste:

Estaban dos putas en su día libre. Le pregunta una a la otra. "¿Qué le vas a pedir a los reyes?" a lo que la otra contesta "Lo mismo que a todos... 20 euros"

La intensidad de la carcajada me cambió el ánimo y me arregló la mañana. Por la tarde me fui a mi pueblo (Madrid) y me olvidé de todo.

Durante el mes han pasado por aquí muchos amigos a verme y animarme. Muchas gracias a todos. Vuestras visitas han sido reconfortantes.

Algunas fotos.
Una de sectero sin guarnición ni flash.
Mollejas con níscalos y espárragos.
Una tapa de chistorra.
Sandwich vegetal.
Majando ajos, almendra, perejil, azafrán y pan tostado.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hoy volví a vender uno de los sándwiches vegetales que me "inventé".

El plato consiste de dos unidades de pan sin corteza enrollada cada una sobre un esparrago triguero a la plancha con tomate, lechuga, setas y un poco de mostaza y mayoneza. Para que no se desarme camino del comensal, lo atamos con dos ramas de cebollino o lo que pillemos dentro de la nevera. Se sirve a la plancha, clientito y con patatas fritas.

El cliente que lo pidió dijo que no había pedido eso. La camarera, muy apenada y con pocas ganas de enfrentarse una vez más con el ogro del cocinero, le explicó que así hago yo los sándwiches vegetales. El cliente resignado se calló y comió. Después le dijo a la camarera que el sándwich estaba muy rico, dio las gracias y se marchó.

Un sexto sentido muy agudo y las clases de lógica que dí en el máster de filosofía me ayudan a intuir que el individuo estaba pensando en el típico "sándwich vegetal" de pan, mayonesa, lechuga, tomate, espárrago blanco de lata, atún y huevo duro.

No sé quien fue el gilipollas que le puso "sándwich vegetal" a un sándwich que lleva atún y huevo pero me toca los cojones constantemente.

¡SEÑORA NO SE ASUSTE! ya sé que hay días que estoy insoportable pero estoy muy cansado y me pongo de mal humor con facilidad.

martes, 9 de noviembre de 2010

Sigo sin fotos. ¡Arghh!

Esta tarde me han presentado un tipo que de pronto y sin venir a cuento ha decidido darme medio kilo de setas silvestres y me ha enseñado a cocinarlas en el microondas (¡!) Aceite de oliva, sal y pimienta + 3 minutos a media potencia. El resultado es una seta cocinada con muy buena textura en boca sin el coñazo de tener que encender la cocina y ensuciar sartenes, además no se corre el riesgo de quemarlas. Disfrutamos de una tarde muy agradable hablando de comida y haciendo planes.

Los cazadores me están regalando perdices, palomas y alguna liebre. Aunque es mucho más tedioso que lo de las setas, después de eviscerar y limpiar bien los bichos, me he hecho con un pequeño arsenal para comenzar a guisar de cara al invierno.

En cuanto a la carta, estamos sacando mucho cerdo ibérico. El secreto lo hacemos con una salsa dulce de vino tinto y la presa macerada en tomillo y pimienta verde. Los jueves compro mollejas. El "no quedan mollejas" se está convirtiendo en un clásico; las servimos con espárragos, setas y ajetes tiernos. Las chuletillas de bocado (son muy pequeñas, de lechal de verdad) se venden muy bien. Todo a la plancha, limpito, con la grasa justa. De guarnición verduras a la plancha, en tempura o como se nos ocurra sobre la mancha. Si alguien se empeña de verdad, le ponemos patatas.

El resto de raciones salen y dejan de salir por rachas. La tortilla de patata de dos huevos (recién hecha) esta comenzando a abrirse camino entre la gente.

Las ensaladas de setas, salmón y pollo están consolidadas

Hoy hemos conseguido hacer un club sandwich en condiciones sin tardar 40 minutos en prepararlo. El resto de sándwiches van saliendo poco a poco con el de rúcula, brie y cecina a la cabeza. El sándwich vegetal que me "inventé" (lechuga, tomate, setas y espárragos trigueros) no lo pide ni Dios.

Tenemos bacalao en tempura constantemente y a la gente le gusta mucho. Me estoy resistiendo con las gambas a la plancha, parece que tendré que ceder.

Conservas, quesos y embutidos van saliendo. Genero de primera a precios correctos. Somos el único sitio de España donde no hay ración de jamón. Creo que ya lo he solucionado.

Esta semana hemos introducido en la carta samosas de morcilla con melocotones y han volado. Las de cochinita pibil entran mañana como tapa.

Los boquerones fritos al limón con aguacate en tempura gustan mucho pero la gente no los pide, así que seguiremos sacándolos de tapa.

Entre medias y de manera ocasional, se han colado una lubina gordísima, berberechos más grandes que almejas, risottos de setas a tutiplen, merluza de pincho de mil maneras, arroz con conejo, muchos kilos de mejillones y unos chuletones de kilo y medio que han desbordado expectativas.

El solomillo lo tengo aparcado por que no he encontrado buen género. El carnicero que me esta sirviendo desde hace 10 días jura que me voy a derretir cuando pruebe los que tiene. Todo se andará.

En general se trata de platos preparados con mucha sencillez, buen producto tratado con respeto y dejando las paridas a un lado.

Los postres siguen siendo mi pata coja, pero el brownie con chocolate (si, chocolate con chocolate), el plátano con chocolate (again) y la fruta que voy comprando están parando todas las hostias. Espero conseguir una tarta de manzana como me gusta esta semana.

Cada día hay más jaleo, pronto inauguramos oficialmente y la gente está solicitando ya plazas para las fiestas de diciembre. Corremos el riesgo de perder regularidad y morir en el intento. Ya se verá de que estamos hechos.

Poco a poco me visitan los amigos y me apena no darles de comer, pero el estado de saturación mental en el que me encuentro me exige dispersión, así que lloro y río a partes iguales en la competencia.

Vienen días muy tensos, así que tengo los cuchillos afilados en sentido literal y figurado.

¡Va por ustedes!

lunes, 1 de noviembre de 2010

Disfruto de cada fracaso, de cada plato tirado a la basura, de berrear cuando me doy la vuelta y se me quema el pan.

Disfruto de cada lagrima derramada (no han sido pocas), de cada vez que me mean encima, de irme a la cama con hambre y sin cenar, de no tener un segundo libre para mis cosas, de que trabajar me cueste dinero.

Disfruto de cada bronca, de cada desprecio, de tener que mandar a alguien a la mierda, de tener que tragarmelo la mayoría de las veces haciendo de tripas corazón.

Disfruto cuando nadie me hace ni puto caso, cuando tenego que limpiar la mierda de otros, cuando no me piden las cosas a tiempo, cuando me dejan la basura sin sacar.

Disfruto cuando soy victima de mi mala leche, cuando la gente escurre el bulto, cuando me reprochan por hacer el trabajo de los demás, cuando me demuestran que no llevo la razón y cuando teniendola no me la dan.

Disfruto si un proveedor me la mete por detrás, si un borracho se va sin pagar, si alguna ratilla quiere cenar gratis.

Disfruto de que todos me digan como tengo que hacer las cosas sin tener ni puta idea, de que me exijan y no me den, de que me cuenten lo mal que lo hago, de que me vengan a ayudar y me estorben.

Disfruto de mis fantasmas, de mis contradicciones, de los duendes que cambian las cosas de sitio en la cocina, de quedarme solo con mis ideas.

Disfruto mucho.

Las miradas asesinas... las malas caras... las puñaladas traperas… la envidia... las críticas... no hacen otra cosa que alimentar a la bestia que llevo dentro.

Entre medias y a base de necedad, sale una tortilla perfecta... un arroz sublime... un pescado exacto... una carne con sabor a monte... entonces disfruto mucho más.

Los clientes me dan las gracias mirándome a los ojos y me llenan el corazón.

Doy de comer a la gente y soy feliz.

Sigo sin fotos.

He pasado semanas con la siguiente rutina: me levanto, me ducho, voy a la cocina, termino, voy a casa, me ducho, me duermo una siesta, me levanto voy a la cocina, termino, vuelvo a casa, me ducho, a dormir. Así 7 días a la semana.

1000 llamadas 1000 mails 1000 sms´s sin contestar. LO SIENTO.

Algún amigo paso por aquí y comí. Me he sentado 2 veces a comer formalmente en tres semanas.

Me he desenganchado del teléfono, de internet, de la prensa escrita y he bajado mucho de peso (gracias).

Esta semana estuvo por aquí el presi y el pobre no hizo más que fregar platos sucios y escucharme. 4 días reconfortantes.

La gente poco a poco viene a comer y sale del restaurante con una sonrisa enorme.

La carta es bien sencilla. Las tapas generosas. Entre medias le cuelo a la gente buena carne y buen pescado. Lo agradecen con mucho cariño.

Hoy mi ayudante se enfermó y me quedé sin camareros. La hora del aperitivo estuvo a tope. Y yo ahí solito. Tuve que meter a una clienta a la cocina a hacer risotto. Se lo fui explicando paso a paso, sobre la marcha. Una experiencia gratificante.

Estoy perdiendo la cabeza poco a poco, pero este salto al vacío esta valiendo la pena.

Si alguien se anima a venir, tengo una habitación con terraza disponible en casa. De momento libro los domingos por la tarde. Hoy (lunes festivo) ha sido el primer día de libranza.

Me voy por un kebab.