Sigo sin fotos. ¡Arghh!
Esta tarde me han presentado un tipo que de pronto y sin venir a cuento ha decidido darme medio kilo de setas silvestres y me ha enseñado a cocinarlas en el microondas (¡!) Aceite de oliva, sal y pimienta + 3 minutos a media potencia. El resultado es una seta cocinada con muy buena textura en boca sin el coñazo de tener que encender la cocina y ensuciar sartenes, además no se corre el riesgo de quemarlas. Disfrutamos de una tarde muy agradable hablando de comida y haciendo planes.
Los cazadores me están regalando perdices, palomas y alguna liebre. Aunque es mucho más tedioso que lo de las setas, después de eviscerar y limpiar bien los bichos, me he hecho con un pequeño arsenal para comenzar a guisar de cara al invierno.
En cuanto a la carta, estamos sacando mucho cerdo ibérico. El secreto lo hacemos con una salsa dulce de vino tinto y la presa macerada en tomillo y pimienta verde. Los jueves compro mollejas. El "no quedan mollejas" se está convirtiendo en un clásico; las servimos con espárragos, setas y ajetes tiernos. Las chuletillas de bocado (son muy pequeñas, de lechal de verdad) se venden muy bien. Todo a la plancha, limpito, con la grasa justa. De guarnición verduras a la plancha, en tempura o como se nos ocurra sobre la mancha. Si alguien se empeña de verdad, le ponemos patatas.
El resto de raciones salen y dejan de salir por rachas. La tortilla de patata de dos huevos (recién hecha) esta comenzando a abrirse camino entre la gente.
Las ensaladas de setas, salmón y pollo están consolidadas
Hoy hemos conseguido hacer un club sandwich en condiciones sin tardar 40 minutos en prepararlo. El resto de sándwiches van saliendo poco a poco con el de rúcula, brie y cecina a la cabeza. El sándwich vegetal que me "inventé" (lechuga, tomate, setas y espárragos trigueros) no lo pide ni Dios.
Tenemos bacalao en tempura constantemente y a la gente le gusta mucho. Me estoy resistiendo con las gambas a la plancha, parece que tendré que ceder.
Conservas, quesos y embutidos van saliendo. Genero de primera a precios correctos. Somos el único sitio de España donde no hay ración de jamón. Creo que ya lo he solucionado.
Esta semana hemos introducido en la carta samosas de morcilla con melocotones y han volado. Las de cochinita pibil entran mañana como tapa.
Los boquerones fritos al limón con aguacate en tempura gustan mucho pero la gente no los pide, así que seguiremos sacándolos de tapa.
Entre medias y de manera ocasional, se han colado una lubina gordísima, berberechos más grandes que almejas, risottos de setas a tutiplen, merluza de pincho de mil maneras, arroz con conejo, muchos kilos de mejillones y unos chuletones de kilo y medio que han desbordado expectativas.
El solomillo lo tengo aparcado por que no he encontrado buen género. El carnicero que me esta sirviendo desde hace 10 días jura que me voy a derretir cuando pruebe los que tiene. Todo se andará.
En general se trata de platos preparados con mucha sencillez, buen producto tratado con respeto y dejando las paridas a un lado.
Los postres siguen siendo mi pata coja, pero el brownie con chocolate (si, chocolate con chocolate), el plátano con chocolate (again) y la fruta que voy comprando están parando todas las hostias. Espero conseguir una tarta de manzana como me gusta esta semana.
Cada día hay más jaleo, pronto inauguramos oficialmente y la gente está solicitando ya plazas para las fiestas de diciembre. Corremos el riesgo de perder regularidad y morir en el intento. Ya se verá de que estamos hechos.
Poco a poco me visitan los amigos y me apena no darles de comer, pero el estado de saturación mental en el que me encuentro me exige dispersión, así que lloro y río a partes iguales en la competencia.
Vienen días muy tensos, así que tengo los cuchillos afilados en sentido literal y figurado.
¡Va por ustedes!