Hoy volví a vender uno de los sándwiches vegetales que me "inventé".
El plato consiste de dos unidades de pan sin corteza enrollada cada una sobre un esparrago triguero a la plancha con tomate, lechuga, setas y un poco de mostaza y mayoneza. Para que no se desarme camino del comensal, lo atamos con dos ramas de cebollino o lo que pillemos dentro de la nevera. Se sirve a la plancha, clientito y con patatas fritas.
El cliente que lo pidió dijo que no había pedido eso. La camarera, muy apenada y con pocas ganas de enfrentarse una vez más con el ogro del cocinero, le explicó que así hago yo los sándwiches vegetales. El cliente resignado se calló y comió. Después le dijo a la camarera que el sándwich estaba muy rico, dio las gracias y se marchó.
Un sexto sentido muy agudo y las clases de lógica que dí en el máster de filosofía me ayudan a intuir que el individuo estaba pensando en el típico "sándwich vegetal" de pan, mayonesa, lechuga, tomate, espárrago blanco de lata, atún y huevo duro.
No sé quien fue el gilipollas que le puso "sándwich vegetal" a un sándwich que lleva atún y huevo pero me toca los cojones constantemente.
¡SEÑORA NO SE ASUSTE! ya sé que hay días que estoy insoportable pero estoy muy cansado y me pongo de mal humor con facilidad.
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