Sigo sin fotos.
He pasado semanas con la siguiente rutina: me levanto, me ducho, voy a la cocina, termino, voy a casa, me ducho, me duermo una siesta, me levanto voy a la cocina, termino, vuelvo a casa, me ducho, a dormir. Así 7 días a la semana.
1000 llamadas 1000 mails 1000 sms´s sin contestar. LO SIENTO.
Algún amigo paso por aquí y comí. Me he sentado 2 veces a comer formalmente en tres semanas.
Me he desenganchado del teléfono, de internet, de la prensa escrita y he bajado mucho de peso (gracias).
Esta semana estuvo por aquí el presi y el pobre no hizo más que fregar platos sucios y escucharme. 4 días reconfortantes.
La gente poco a poco viene a comer y sale del restaurante con una sonrisa enorme.
La carta es bien sencilla. Las tapas generosas. Entre medias le cuelo a la gente buena carne y buen pescado. Lo agradecen con mucho cariño.
Hoy mi ayudante se enfermó y me quedé sin camareros. La hora del aperitivo estuvo a tope. Y yo ahí solito. Tuve que meter a una clienta a la cocina a hacer risotto. Se lo fui explicando paso a paso, sobre la marcha. Una experiencia gratificante.
Estoy perdiendo la cabeza poco a poco, pero este salto al vacío esta valiendo la pena.
Si alguien se anima a venir, tengo una habitación con terraza disponible en casa. De momento libro los domingos por la tarde. Hoy (lunes festivo) ha sido el primer día de libranza.
Me voy por un kebab.
No hay comentarios:
Publicar un comentario