Anoche tenía que haber llegado a Punta Cana... la boda del año...

Estire hasta el último momento pero no pudo ser. Me consoló (poco) justificar mi presencia a pie de fogón con una cena de aupa.

Tiernísimos gnoquis de patata y calabaza con mantequilla, salvia y aceite de trufa*.

Perdices con salsa de almendras y chocolate (¡casi un mole!) que me inventé sobre la marcha; Acompañadas de alcachofas, calabacines y tomates confitados.

De postre un trilladísimo sorbete casero de mango con crema de mascarpone del que estoy hartito.

Entre medias, Lemon Pie to go.

Va por ti Albertito. Que sean felices y que coman perdices.

En fin, hubiera preferido faisanes.... las perdices (culpa del cazador) no estaban muy tiernas.

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*La muñeca hinchable. JC buscó trufa por todos los rincones de la ciudad sin éxito... otra vez será.

La temporada de caza comienza a brindarme los primeros cadaveres exquisitos. Eviscero, decapito, limpio y envaso las piezas para enterrarlas en las frias mazmorras del arcón.

Haciendo inventarío, he descubierto que tengo un excedente tremendo de perdices, faisanes y otras piezas cobradas en temporadas anteriores, por lo que aprovecho tiempos muertos para ir haciendo escabeches, croquetas, pastelas y lo que se me va ocurriendo.

Con la temporada en plano apogeo, las bocas que alimento se divierten de tournée por diferentes y encopetadas monterías, así que saco tiempo para ir aprovechando otros excedentes. El jardinero me ha traido montones de los últimos tomates cherrys que he preferido confitar para ir sacando poco a poco.

De huertas amigas llegan todo tipo de regalos, el otro día entro por la puerta una caja llena de mangos buenísimos de los que de momento he sacado un chutney con pasas que quedó más bueno de lo que esperaba.

Excedentes de materia prima que me producen excedentes de conservas y congelados ¡ufff!. me he excedido con la palabreja. Guardo todo en botes esterilizados... ya veré si luego lo aprovecho o termino regalandolo al primero que entre a la cocina.

Un amigo de la casa nos mandó dos sacos con millones de kilos de patatas gallegas que usamos a menudo pero se antojan inacabables. Excepto al vapor, están quedando deliciosas, fritas, rellenas, asadas o en pure. ¿Que tal quedarán unos gnoquis?

"Nuestro" huerto se adapta lentamente al otoño que ha llegado tardísimo, a punto de arrancar las tomateras veo que los guisantes van poco a poco alimentándose del sol. Aunque me han jurado que aguantan lo que sea, no sé si sobrevirán a las heladas del invierno.

Alcachofas no tenemos, pero compramos. ¡Oiga, aquí no falta de nada! Las primeras de la temporada (con permiso de Can Alf) salieron tiernísimas y combinadas con txantarellas hicieron una guarnición perfecta.

Una compota otoñal para postres ligeros y meriendas. Manzana, membrillo y ciruelas... azúcar, clavo, canela... riquísima.

Setas de cardo y rebozuelos

Llevamos casi un mes de otoño oficial y sigue sin llover. Hay poquísimas setas por ahí y están más caras que de costumbre. Sigue haciendo calor y el huerto sigue dando tomates; el jardinero me ha dicho que además de todo lo que ya sabía tengo menta, hierbabuena, hierba luisa, habas, hinojo, mejorana, eneldo, aceitunas... y alguna cosa más de la que no me acuerdo. Ya ha plantado los guisantes, aunque no da un duro por ellos, dice que pronto sembrará lechugas.

El otro día me trajeron 5 piernas de cordero CINCO para tres personas... un poco exagerado pensé, con dos me da de sobra.... al final hubo cambio de planes AGAIN! y sobre la marcha me avisaron que venían 7, finalmente fueron 5 así que sobró un poco para el personal y otro poco para recalentar al día siguiente.

Preferí no recalentar y lo devoramos en sandwiches con mostaza, rúcula y tomate.

Cena de lujo con salmón ahumado, caviar iraní y champagne rosado. Cocine poco, patatas rellenas de crema ácida y una crema de calabacín asado para el que se quedara con hambre. Uno de los comensales se presentó en albornoz. No tengo palabras para describir la escena.

Del servir caviar paso a elaborar manteca casera con grasa de las mejores vacas. Luego me piden que evite las calorias... solo la he usado para el cordero con excelentes resultados. Desde el bando de las chachas me roban un poco para desayunar untándola en pan tostado. Los torreznos resultantes volaron rápidamente engordando de felicidad (y colesterol) a todo el personal de la casa.

El otro día se me cayó el móvil dentro de un arroz con leche buenísimo al que no le hice ninguna foto. El arroz quedó buenísimo, el móvil funciona pero quedó tocado y la música se escucha muy mal. Estoy haciendo alguna tarta nueva con buen resultado. Ahí vamos (mis fantasmas y yo), poco a poco con los postres.

Tres meses después de la inundación, vuelvo a tener mi cueva en orden. He descubierto un nuevo rincón donde paso el tiempo leyendo.

Pascualina de acelgas y espinacas

Merluza a la plancha con acelgas crujientes, tomates cherry confitados y setas a la plancha.

Carbonada criolla.

Buen rollito después de las vacaciones. Todo muy tranquilo, alguna cena familiar y visita al castillo. Mientras tanto, me estoy adaptando a tener huerto en casa; cebollas, acelgas, berenjenas, tomates, tomates y más tomates (cherry, pera, bola....), pimientos, almendras, higos, tomillo, romero, salvia, albahaca y alguna otra planta que todavía no sé qué coño es. Mañana pienso sembrar* guisantes y a finales de noviembre arándanos.

Todo bien, producto fresco, sin fertilizantes, y madurado en la planta.... todo muy cool, muy sostenible... que toca hacer pesto... al huerto por albahaca... que caldo, por hierbas aromáticas.... una pequeña putadita, hay que aprovecharlo todo... todo... aqui no tiramos nada. Y las almendras, las putas almendras... en vez de abrir un sobre de almendras tostadas para un majado o una salsa hay que abrir, escaldar, pelar y tostar.... al final se me va media hora para tener 100 gramos de almendras tostadas... y acabo corriendo....

Este fin de semana lío gordo con cazadores hambrientos en el castillo...

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*sembrar equivale a darle las semillas al jardinero, que para eso está el muy cabrón