domingo, 26 de diciembre de 2010

Con mi nuevo oficio he conseguido dos cosas:

1. Tengo las manos llenas de cortes y magulladuras. Por más crema que gasto no consigo borrar las grietas.

2. Vivo rodeado de mujeres. Mi vida es una maravilla.

La Raimunda dice que soy el peor cocinero del pueblo. Que no se freír un huevo. Que soy muy guarro. Que si me porto bien un día me va a enseñara hacer paella. Que me aprecia mucho. Vaya.

La Ignacia dice que todo mundo le cuenta lo bien que cocino "Y a mi me encanta EH". Que voy muy bien. Que mi estilo es un éxito. Que ya me pagará.

La Hilaria no me hace ni puto caso. que si esto que si lo otro. Que si.. que si... que si, pero que la Raimunda es la jefa y le ha mandado hacer otra cosa. Vamos, que te van a dar por culo "muchachete".

La Francisca me quiere más pero va a su bola. Me da alegrías todos los días. No lo dice, pero me seguiría hasta al infierno. Lo malo es que se despista en el camino y acaba en el purgatorio. Es lo que hay.

La Celestina me quiere y me promueve. Ya casi lo consigue.

La mejor es la Juliana. Me enseña a cocinar, me aguanta, me ríe las gracias y se calla mis defectos. 63 años muy bien llevados.

De la Eleuteria no voy ni a hablar. Otros 63... con menos clase.

Y la Vicenta. ¡Ay la Vicenta! La nueva mujerdemivida. Que si le gusto mucho, que si conmigo le pasa lo que con nadie. Pero no cancela la boda. ¡Ay la Vicenta!

Entre todas me hacen muy feliz.

Sospecho que mi psicólogo está escribiendo un libro. Si por lo menos me diera más pastillas.


NOTA: Excepto por el psicólogo, Todos los personajes de este blog son inventados. Cualquier parecido con la vida real es pura coincidencia.

lunes, 29 de noviembre de 2010

¡A ver señoras!!!!!!!!!!!!! ya está bien de chachara.

Lo voy a decir una vez para que quede clarito.

YO soy el que parte el bacalao.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Ayer me levanté triste y sin ganas de aguantar tonterías. Me metí en la cocina y me puse, calladito para no contagiar a nadie, a hacer croquetas esperando a que alguien viniera a tocarme las narices para cortarle la cabeza.

De pronto y contra toda costumbre, un cliente entro en la cocina y me contó un chiste:

Estaban dos putas en su día libre. Le pregunta una a la otra. "¿Qué le vas a pedir a los reyes?" a lo que la otra contesta "Lo mismo que a todos... 20 euros"

La intensidad de la carcajada me cambió el ánimo y me arregló la mañana. Por la tarde me fui a mi pueblo (Madrid) y me olvidé de todo.

Durante el mes han pasado por aquí muchos amigos a verme y animarme. Muchas gracias a todos. Vuestras visitas han sido reconfortantes.

Algunas fotos.
Una de sectero sin guarnición ni flash.
Mollejas con níscalos y espárragos.
Una tapa de chistorra.
Sandwich vegetal.
Majando ajos, almendra, perejil, azafrán y pan tostado.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hoy volví a vender uno de los sándwiches vegetales que me "inventé".

El plato consiste de dos unidades de pan sin corteza enrollada cada una sobre un esparrago triguero a la plancha con tomate, lechuga, setas y un poco de mostaza y mayoneza. Para que no se desarme camino del comensal, lo atamos con dos ramas de cebollino o lo que pillemos dentro de la nevera. Se sirve a la plancha, clientito y con patatas fritas.

El cliente que lo pidió dijo que no había pedido eso. La camarera, muy apenada y con pocas ganas de enfrentarse una vez más con el ogro del cocinero, le explicó que así hago yo los sándwiches vegetales. El cliente resignado se calló y comió. Después le dijo a la camarera que el sándwich estaba muy rico, dio las gracias y se marchó.

Un sexto sentido muy agudo y las clases de lógica que dí en el máster de filosofía me ayudan a intuir que el individuo estaba pensando en el típico "sándwich vegetal" de pan, mayonesa, lechuga, tomate, espárrago blanco de lata, atún y huevo duro.

No sé quien fue el gilipollas que le puso "sándwich vegetal" a un sándwich que lleva atún y huevo pero me toca los cojones constantemente.

¡SEÑORA NO SE ASUSTE! ya sé que hay días que estoy insoportable pero estoy muy cansado y me pongo de mal humor con facilidad.

martes, 9 de noviembre de 2010

Sigo sin fotos. ¡Arghh!

Esta tarde me han presentado un tipo que de pronto y sin venir a cuento ha decidido darme medio kilo de setas silvestres y me ha enseñado a cocinarlas en el microondas (¡!) Aceite de oliva, sal y pimienta + 3 minutos a media potencia. El resultado es una seta cocinada con muy buena textura en boca sin el coñazo de tener que encender la cocina y ensuciar sartenes, además no se corre el riesgo de quemarlas. Disfrutamos de una tarde muy agradable hablando de comida y haciendo planes.

Los cazadores me están regalando perdices, palomas y alguna liebre. Aunque es mucho más tedioso que lo de las setas, después de eviscerar y limpiar bien los bichos, me he hecho con un pequeño arsenal para comenzar a guisar de cara al invierno.

En cuanto a la carta, estamos sacando mucho cerdo ibérico. El secreto lo hacemos con una salsa dulce de vino tinto y la presa macerada en tomillo y pimienta verde. Los jueves compro mollejas. El "no quedan mollejas" se está convirtiendo en un clásico; las servimos con espárragos, setas y ajetes tiernos. Las chuletillas de bocado (son muy pequeñas, de lechal de verdad) se venden muy bien. Todo a la plancha, limpito, con la grasa justa. De guarnición verduras a la plancha, en tempura o como se nos ocurra sobre la mancha. Si alguien se empeña de verdad, le ponemos patatas.

El resto de raciones salen y dejan de salir por rachas. La tortilla de patata de dos huevos (recién hecha) esta comenzando a abrirse camino entre la gente.

Las ensaladas de setas, salmón y pollo están consolidadas

Hoy hemos conseguido hacer un club sandwich en condiciones sin tardar 40 minutos en prepararlo. El resto de sándwiches van saliendo poco a poco con el de rúcula, brie y cecina a la cabeza. El sándwich vegetal que me "inventé" (lechuga, tomate, setas y espárragos trigueros) no lo pide ni Dios.

Tenemos bacalao en tempura constantemente y a la gente le gusta mucho. Me estoy resistiendo con las gambas a la plancha, parece que tendré que ceder.

Conservas, quesos y embutidos van saliendo. Genero de primera a precios correctos. Somos el único sitio de España donde no hay ración de jamón. Creo que ya lo he solucionado.

Esta semana hemos introducido en la carta samosas de morcilla con melocotones y han volado. Las de cochinita pibil entran mañana como tapa.

Los boquerones fritos al limón con aguacate en tempura gustan mucho pero la gente no los pide, así que seguiremos sacándolos de tapa.

Entre medias y de manera ocasional, se han colado una lubina gordísima, berberechos más grandes que almejas, risottos de setas a tutiplen, merluza de pincho de mil maneras, arroz con conejo, muchos kilos de mejillones y unos chuletones de kilo y medio que han desbordado expectativas.

El solomillo lo tengo aparcado por que no he encontrado buen género. El carnicero que me esta sirviendo desde hace 10 días jura que me voy a derretir cuando pruebe los que tiene. Todo se andará.

En general se trata de platos preparados con mucha sencillez, buen producto tratado con respeto y dejando las paridas a un lado.

Los postres siguen siendo mi pata coja, pero el brownie con chocolate (si, chocolate con chocolate), el plátano con chocolate (again) y la fruta que voy comprando están parando todas las hostias. Espero conseguir una tarta de manzana como me gusta esta semana.

Cada día hay más jaleo, pronto inauguramos oficialmente y la gente está solicitando ya plazas para las fiestas de diciembre. Corremos el riesgo de perder regularidad y morir en el intento. Ya se verá de que estamos hechos.

Poco a poco me visitan los amigos y me apena no darles de comer, pero el estado de saturación mental en el que me encuentro me exige dispersión, así que lloro y río a partes iguales en la competencia.

Vienen días muy tensos, así que tengo los cuchillos afilados en sentido literal y figurado.

¡Va por ustedes!

lunes, 1 de noviembre de 2010

Disfruto de cada fracaso, de cada plato tirado a la basura, de berrear cuando me doy la vuelta y se me quema el pan.

Disfruto de cada lagrima derramada (no han sido pocas), de cada vez que me mean encima, de irme a la cama con hambre y sin cenar, de no tener un segundo libre para mis cosas, de que trabajar me cueste dinero.

Disfruto de cada bronca, de cada desprecio, de tener que mandar a alguien a la mierda, de tener que tragarmelo la mayoría de las veces haciendo de tripas corazón.

Disfruto cuando nadie me hace ni puto caso, cuando tenego que limpiar la mierda de otros, cuando no me piden las cosas a tiempo, cuando me dejan la basura sin sacar.

Disfruto cuando soy victima de mi mala leche, cuando la gente escurre el bulto, cuando me reprochan por hacer el trabajo de los demás, cuando me demuestran que no llevo la razón y cuando teniendola no me la dan.

Disfruto si un proveedor me la mete por detrás, si un borracho se va sin pagar, si alguna ratilla quiere cenar gratis.

Disfruto de que todos me digan como tengo que hacer las cosas sin tener ni puta idea, de que me exijan y no me den, de que me cuenten lo mal que lo hago, de que me vengan a ayudar y me estorben.

Disfruto de mis fantasmas, de mis contradicciones, de los duendes que cambian las cosas de sitio en la cocina, de quedarme solo con mis ideas.

Disfruto mucho.

Las miradas asesinas... las malas caras... las puñaladas traperas… la envidia... las críticas... no hacen otra cosa que alimentar a la bestia que llevo dentro.

Entre medias y a base de necedad, sale una tortilla perfecta... un arroz sublime... un pescado exacto... una carne con sabor a monte... entonces disfruto mucho más.

Los clientes me dan las gracias mirándome a los ojos y me llenan el corazón.

Doy de comer a la gente y soy feliz.

Sigo sin fotos.

He pasado semanas con la siguiente rutina: me levanto, me ducho, voy a la cocina, termino, voy a casa, me ducho, me duermo una siesta, me levanto voy a la cocina, termino, vuelvo a casa, me ducho, a dormir. Así 7 días a la semana.

1000 llamadas 1000 mails 1000 sms´s sin contestar. LO SIENTO.

Algún amigo paso por aquí y comí. Me he sentado 2 veces a comer formalmente en tres semanas.

Me he desenganchado del teléfono, de internet, de la prensa escrita y he bajado mucho de peso (gracias).

Esta semana estuvo por aquí el presi y el pobre no hizo más que fregar platos sucios y escucharme. 4 días reconfortantes.

La gente poco a poco viene a comer y sale del restaurante con una sonrisa enorme.

La carta es bien sencilla. Las tapas generosas. Entre medias le cuelo a la gente buena carne y buen pescado. Lo agradecen con mucho cariño.

Hoy mi ayudante se enfermó y me quedé sin camareros. La hora del aperitivo estuvo a tope. Y yo ahí solito. Tuve que meter a una clienta a la cocina a hacer risotto. Se lo fui explicando paso a paso, sobre la marcha. Una experiencia gratificante.

Estoy perdiendo la cabeza poco a poco, pero este salto al vacío esta valiendo la pena.

Si alguien se anima a venir, tengo una habitación con terraza disponible en casa. De momento libro los domingos por la tarde. Hoy (lunes festivo) ha sido el primer día de libranza.

Me voy por un kebab.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Tomelloso me recuerda un poco mi desafortunada estancia en Boujdour. Es un pueblo con mucha vida, pero como mi principal actividad es la de esperar, todo pasa muy despacio.


Hace tres semanas que llegué y prácticamente no he hecho nada. Tentar al personal, buscar proveedores, ir, venir; todo muy despacio. La primera semana fue un desastre, estuve mirando al techo el 75% del tiempo. Salí corriendo a Madrid y cuando me quise dar cuenta me encontraba navegando por Ibiza y Formentera ¡que alivio!

Volví ¡que remedio! y aquí estoy, escribiendo y mirando por la ventana. Tengo maitre, carnicero, frutero y quien me suministre los licores. Voy atando cabos.

Ayer comencé a hacer pruebas en una cocina prestada. Arroz con almejas y ensalada de setas. Las setas y las almejas no eran de la mejor calidad pero la comida estuvo muy bien.

Hoy muy tarde me puse manos a la obra. Raviolis con salsa de quesos y chuletón con shitakes. Desastre sin paliativos. Además de comenzar tarde a cocinar se estropeo un fuego... bueno... habrá que tirar con los otros tres... no pasa nada.

Cuando fui a encender el horno JA JA JA se fue la luz y a partir de ahí se fue todo a la mierda. Subimos los plomos, pero tuve que cocinar por partes y la cagué.

Con la ayuda de la instalación eléctrica me cargué 40 € de carne.

La pasta estaba riquísima pero no es un plato que piense servir así que como prueba no sirvió de nada. ¿Y la carne? Nos comimos la carne y estaba buena, pero no como tenía que estar. ¿Las shitakes? regular (la bicicleta). El resto muy bien. Un fracaso en toda regla.

¿Fue culpa mia? ¡NO! pero me faltaron recursos.

"As far as cooking tasks go, cooking the steak this way is not very difficult... But it´s not easy, because cooking a piece of meat that costs 40 € tajes balls. If you fuck up, you fucked up a piece of meat that costs a lot of money... That makes you an asshole..." David Chang

Completamente de acuerdo.

En fin, esto se está moviendo. Voy dando pasos. Creo que este fin de semana cerraré la posada definitivamente.

Como palomitas compulsivamente.

Todo me indica que esto va fatal. Sin embargo, tengo buenas sensaciones. Parece que el tarot está de acuerdo.



¡Regular la bicicleta! Expresión para indicar que una determinada situación nos sobrepasa.

jueves, 19 de agosto de 2010

Llevaba varios días pensando en postres sencillos y necesitaba ponerme a ello, así que preso de la ansiedad me fui el otro día a hacer la compra sobre la una de la madrugada (Madrid, Te amo) y aunque solo pasaba a comprar nata y huevos, terminé comprando melón, naranjas, helado, crème fraîche, azafrán y otras mil chorradas que tuve que cargar Ribera de Curtidores cuesta arriba.


Llegué a casa bañado en sudor y, previa ducha, me puse a hacer una crema de azafrán para probar con un melón a la plancha. Pensaba hacer un melocotón asado pero no tenía todos los ingredientes así que mientras tanto me puse a cocerlos con azúcar.

Al principio no me gustó el melón a la plancha, pues cambia completamente de sabor, pero lo he vuelto a probar y me va gustando. El melocotón me lo tomé peladito con un helado de macadamia y un poco de crème fraîche. No esta mal para ser la primera vez que me pongo con los postres. Habrá que seguir probando. Me voy a Can Alf.

sábado, 14 de agosto de 2010


Llevo varios días parado. Me han ofrecido montar un restaurante en Tomelloso, así que he dejado el restaurante donde estaba trabajando y estoy en proceso de cerrar la posada para abrirla en otro sitio.

Aproveché para disfrutar de unos días cumpliendo el sueño minero en La Unión, pero he vuelto y estoy comenzando a aburrirme.

Además intento pensar, repasar recetas, moldear un estilo, y ganar tiempo que me hará falta las próximas semanas.

Pasa el tiempo y comienzo a volverme loco. Por un lado, ya no tengo restaurante para aprender y cocinar y por otro la ciudad está vacía y me aburre cocinar para mi solo. Me pierdo en cines y librerías, pero el tiempo pasa lentamente.

La cabeza me explota. Mientras tanto suena el Agujetas por martinetes. Seguramente terminaré haciendo una crema inglesa a las cuatro de la mañana. Intentaré refugiarme en algún libro medianamente decente.

Me muero por probar con el melón a la plancha con crema de azafrán. ¿Alguien se anima?

viernes, 13 de agosto de 2010

Aprovechamos la final del mundial (¿todavía te acuerdas?) para preparar una lengua a la veracruzana. Con el caldo hicimos un arroz meloso con níscalos. Lloré de gusto como casillas con el resultado.



martes, 13 de julio de 2010

Llevaba meses intentandolo con el brick de pollo y una casualidad quiso acelerar el proceso. Por fin lo pude probar como me apetecía compacto y con una buena guarnición.
Al final descarté lo de los contramuslos y me centré en enrollar bien las pechugas con algo de ralladura y zumo de lima por dentro.
Por fin logré preparar una pieza compacta, suave por dentro y crujiente por fuera.

De guarnición, unas peras en escabeche y un cus cus de cítricos.
Antes disfrutamos de una ensalada de berros y rúcula. Verde que te quiero verde.

lunes, 28 de junio de 2010

Aproveché un viaje relámapgo a Monterrey para hacer una comida en la nueva casa de mi queridísimo Hatsuka. Aunque me tuve que adaptar a los ingredientes locales, hacer la compra resultó más cómodo de lo que había pensado. Entre otras cosas pude conseguir unos huchinangos de más de un kilo por lo que volví a casa satisfecho.
Me llamó la atención poder conseguir cosas que hace 12 años hubiera sido imposible conseguir en la ciudad láser. La tarde anterior preparé varios litros de caldo de pollo (ya saben que el secreto del arroz está en el caldo) y aproveché para comer y descansar en familia.

Por la mañana, bien acompañado de un resacón, me puse manos a la obra. A picar perejil, menta y epazote; a cocer lentejas, a arreglar los hucachinangos. Había muchas cosas que hacer y el tiempo se me vino encima rapidamente. Salieron al quite el bizarro y su señora que rápidamente se pusieron a mi disposición por lo que pudimos comenzar a tiempo.
De primero servimos unas lentejas templadas con vinagre de frambuesa con calamares salteados, espárragos, y crème fraîche. Para entonces teníamos la casa llena y de manera improvisada varios de los asistentes se ofrecieron a ayudar cocinando, sirviendo, limpiando, fregando con tal disposición que lograron que la comida fuera saliendo sin interrupciones.
El resto del menú se compuso de steak tartar sobre totopos, un risotto de hinojo al tequila, y los huachinangos rellenos de perejil, menta y epazote.
Todo salió mejor de lo que esperaba y aunque a todo mundo disfrutó con la comida, el elemento central de la tarde fue la alegría de la gente que amalgamados por el anfitrión convivimos como si nos conociéramos de toda la vida.

Me muero por repetir.

lunes, 14 de junio de 2010

Yo que siempre he ido a mi bola allá donde me meto, en esto de la cocina soy muy bien mandado y pongo algo de empeño en seguir ciertas normas o consejos para intentar que todo salga mejor.

Hace tiempo, leí por ahí que es bueno rallar el pan que se quede duro para tener pan rallado en stock y no tener que recurrir al insipiente serrín que venden en los supermercados. Como la cosa tiene sentido, cada vez que sobra pan lo dejo ahí unos días y luego lo rallo. Lo malo es que como no casi no lo uso, tengo guardadas toneladas de pan rallado en la cocina.

El otro día lo estrené. Caí en la cuenta de que, en aras de estar haciendo cosas nuevas, nunca había hecho croquetas y me puse manos a la obra. Compre leche y como tenía overbooking de queso pensé que lo mejor sería gastarlo.

Cogí una vieja perola para hacer la bechamel y un rato después conseguí un engrudo sabrosísimo. La falta de experiencia quiso que no calculara cuantas croquetas iba a preparar y pensé que medio litro de leche bastaría para unas pocas. ¿Unas pocas? ¡Joder! Por lo menos 60. Si 60. ¡SESENTA!

Señora, tengo el congelador lleno, Si viene por aquí prometo freirle las que usted quiera. Están riquísimas. Un aperitivo sencillo. Se que es una gilipollez pero no quepo de gusto.

¡Ay señora! ¡no sea envidiosa!

jueves, 10 de junio de 2010

MI PRIMERA COMUNIÓN

Hace un par de semanas cociné para una primera comunión. El estrés estuvo a punto de pasarme factura. Nunca había cocinado por encargo y el compromiso me agobió muchísimo. Por si fuera poco, no estaba en mi diminuta cocina que a pesar de todas sus carencias ya me conoce bien y me trata con cariño. Entre otras cosas tuve que improvisar una mesa auxiliar con una tabla de planchar.

El menú consistió en cuatro aperitivos individuales, risotto de alcachofas y cordero al horno.
Con las prisas no pude ni hacer fotos. Por suerte llevaba un pinche que heróicamente rescató algunas imágenes con el móvil.
La brocheta de la foto fue el aperitivo menos agradecido. Anchoas con aguacate. Además servimos (mi pinche, mis fantasmas y yo) otra brocheta de mango con pollo al limón, una cucharita de tartar de atún y un chupito de bloody mary con berberechos.

El cordero, que me trajo de cabeza desde la noche anterior, quedó muy sabroso.

A los niños les di quesadillas y perritos calientes. Estaban felices.

Para el postre lleve subcontraté dos tartas en un garito de la plaza de Santa Ana.

Improvisé demasiado y cambié alguna cosa sobre la marcha; a pesar del estrés, las prisas, los nervios y la falta de experiencia, todo estuvo listo a tiempo y se sirvió calientito. Anfitriones e invitados comieron abundantemente y quedaron con el espíritu en alto.

miércoles, 2 de junio de 2010

Hace casi dos mes que, siguiendo un impulso, decidí dejar de trabajar para intentar ponerme a cocinar. Ayer cerré definitivamente y me dispongo a emprender una nueva aventura.

Como tengo más tiempo, estoy cocinando en otros lados.

Con Hatsuka y la familia bizarra hicimos una comida memorable en Monterrey de la que ya subiré las fotos.

Otro día me encargaron una primera comunión (si, una primera comunión) y aunque el estrés casi me mata, salí airoso y entre besos de la abuela del homenajeado con distintos aperitivos, arroz y cordero.

El fin de semana pasado estuvimos en Vejoriz, pero el estado mental era de tal vagancia que no tengo ni una puta foto. En fin.

Estos dos meses se me han hecho larguísimos, pero además de disfrutar de tiempo para hacer lo que me gusta, he recibido muchísimas muestras de apoyo y se han abierto algunas posibilidades para comenzar una nueva vida esclavizado por las perolas.

Mientras tanto, seguimos en la posada.

Con los últimos fríos de una primavera invernal un día probé a cocer despacito un magret de pato a bajísima temperatura. El bicho duro un suspiro sobre la mesa. Espero aprovechar que tengo tiempo para probar nuevas técnicas de cocción a baja temperatura y al vacio para poder sacar a la carne todo su potencial.
Entre medias ha salido más de un plato por aquí. Tengo el brick de pollo casi listo, aunque me falta probarlo con pollo de corral o algún ave más sabrosa. El otro día lo probamos con un cuscus de cítricos frío y peras en escabeche. Ayer repetimos y el sabor está casi definido.
El verano ha aparecido de manera repentina y salvaje por estas tierras y con el calorcito apetecen cosas frescas y aunque la gente es al principio muy cauta con la carne cruda, se están comiendo con mucho agrado el steak tartar y el tartar de atún que he ido probando con distintos matices. Un plato sencillísimo. Buen género y un poco de sazón.
Y en esas ando. A ratos estoy haciendo prácticas en un catering donde pacientemente me aguantan. Entre esta semana y la que viene intentaré darle forma al verano. Mientras intentaré probar nuevas cosas que ya os iré contando.

viernes, 30 de abril de 2010

Hace semanas que tengo que afilar los cuchillos pero no tengo ni un minuto libre. Madrugar, correr, subir, bajar... volver a casa hecho harina. Desde que decidí dejar de trabajar no he parado y aunque a ratos da vértigo, lo tengo cada día más claro.

Entre medias improvisamos una ensalada de aguacate, mango, queso fresco y tomates secos. El mango estaba tan maduro que se deshizo un poco, pero el "invento" funcionó de maravilla. Una ensalada consistente y muy sabrosa.
Una noche de insomnio como esta decidí secar arroz para hacer un Kubak que es un arroz tostado que queda como una especie de Rice Krispies pero artesanos. Con mi maravilloso horno tardé horas en secarlo y lo dejé ahí para usarlo más adelante.
El arroz se seca después de cocido se puede freír en aceite muy caliente y así se consigue el arroz inflado. Queda muy crujiente y se puede mezclar con un montón de cosas.

El caso es que lo guardé y me fui a dormir. Y me olvidé por completo de mi arroz seco... pasaron semanas, hasta que una noche de cena improvisada me di cuenta que estaba en la nevera. Lo mezclé con nata, boletus secos y roquefort. Voila! una combinación perfecta de sabor intenso y textura agradable. Otro día lo probé con setas de cardo, shitakes y parmesano. No tenía la fuerza de los boletus, pero estaba igual de bueno.

Y por acá estamos. Cerrando cosas y esperando el inicio de una nueva etapa. Tengo miles de planes y alguna puerta entreabierta.

Parece que algún insigne miembro del Mercado de la Cebada nos ha encontrado en internet. Espero que sea discreto. ¡HOP!

Por cierto señora, entrecomillo invento por que es más que probable que la ensalada haya sido concebida por alguien más en algún rincón cercano. Nunca se sabe.

lunes, 12 de abril de 2010

Sigo por aquí.

En un alarde de sencillez me cené la otra noche una ensalada de rúcula un queso fresco buenísimo y un poco de hierbabuena. Su aceite, su vinagre y su sal. Parece poca cosa, pero el resultado sorprende.
Con un poco de atún que sobró en una cena, preparé un tartar clásico con un chorrito de tequila que desapareció de la mesa nada más servirlo.
Tengo por acá varios libros de cocina, un huevo de recetas, mil ideas y pocas oportunidades de ejecutarlas. Hace tiempo vi una receta de risotto con hinojos y vodka en un libro vegetariano y no había tenido oportunidad de probarlo. Aprovechando que el frutero tiene de todo, cogí dos hinojos hermosos y me puse manos a la obra. Bastante bueno el invento.
El mes pasado no pude con la tentación y me pasé por una de mis tiendas de cacharros favoritas. Una ruina para la visa que estoy disfrutando poco a poco. Una licuadora que promete hacer los mejores cócteles este verano, peladores, un abrelatas italiano, ralladores, y no sigo que me dan ganas de volver. Cuesta contenerse. Un puto desastre.

Entre otras cosas me hice con un artilugio para cocinar al vapor que funciona de maravilla. La urgencia y un vacío de ideas (espero que sea puntual) me impidieron improvisar y le metí como indica el librillo que lo acompaña unas brochetas de rape y bacon. No estaban mal. Regulares. Habrá que afinar. Así no vale.
Sigo buscando un carnicero bueno bonito y barato por le barrio. Lo de Jaume en Vila-Real es increible, esta semana santa ha ascendido a categoría de Jedi master, pero el cabrón esta muy lejos y por Madrid no encuentro lo que busco. Ya sé que están por ahí Raza Nostra, El puto Corté Inglés y demás sitios de postín pero no encuentro una carnicería en el barrio que de la talla. En cualquier caso el solomillo de buey que nos metimos entre pecho y espalda estaba bastante bueno. La plancha muy caliente, un poco de sal y a comer. Un puré de patata con algo de ralladura de limón hizo de guarnición.
Y por acá estoy. Sigo dando vueltas a todo y me sigue faltando tiempo. Resulta eterno tener que esperar tres o cinco días para poder cocinar algo nuevo, repetir algo, darle la vuelta a alguna vieja receta... así que cierro el chiringuito oficial para ver si soy capaz de dedicarme a esto a tiempo completo de manera digna y poder vivir de ello. De momento estaré en la posada. Ya veré donde meto la cabeza. El mes que viene me quedo en pelotas.

viernes, 2 de abril de 2010

SEMANA SANTA

Llegó Semana Santa y apareció por aquí el mexicano. Otra vez igual, otra vez a comprar de todo, otra vez a dejar la cocina hecha una mierda. Además han incorporado la moda española de ver cuanto partido pasen por la tele. Fútbol, baloncesto, petanca, lo que sea.

El primer día aparecieron aquí borrachos y por suerte no hicieron mucho ruido, parecía que esta vez sería diferente. Sin ruidos, sin basura, sin lo de siempre. Pero la cosa duró poco. Por la mañana a hacer caldos a pelar de todo y dejar la cocina hecha un Cristo.

Entre otros, salió de la cocina un arroz meloso con alcachofas muy primaveral... otro con berberechos y alguno más.

La barbacoa no dió mucho de si por el género, pero demostró ser el aglutinador de espíritus que tiene que ser.
Todo normal hasta que se fueron a ver a Jaime a su nueva carnicería y comenzó el monotema. Que bueno es Jaime, que socarrón, que buen género, y como curra ¿eh?, si es que tiene un oficio que no veas. Insoportables.

Y eso sin probar la carne, luego siguió la matraca con el dichoso Jaime. Frente a la tele un steak tartar como Dios manda y otra vez "que buena carne", "que buen género", "que buen..." "que buen" "que buen"
Más tarde la cosa se puso feísima. Cenaron unos solomillos de buey que por lo visto eran pura mantequilla. Vuelta y vuelta, sin nada; ni sal ni hostias. Y Jaime, más Jaime... una tortura.
Algo de pescado para cambiar de tema. Con verduritas, buen clima y mejor compañía.

Terminarón con un cordero que terminó en borrachera infame. No quedó como debía por no hacer caso pero estuvo a la altura. Más arroz y verduritas. Mucho vino y fotos desbarradas. Menos mal que todo acaba.
Corrió buen vino y mejor cava por casa.